La violencia económica en la vejez es una forma de abuso y maltrato que viven las personas mayores. Puede tener distintas expresiones, como la explotación financiera que ejercen personas, usualmente de su círculo de confianza. Por ejemplo, cuando las privan del manejo y disfrute de sus propios recursos. La violencia económica también se manifiesta en la marginalización que conduce al empobrecimiento.
Las mujeres mayores viven más a menudo la violencia económica, la cual está relacionada con diversas exclusiones a lo largo de la vida. Por ejemplo, cuando dependen de la asistencia del gobierno y tienen pocos bienes materiales. En varios países, la única fuente de ingresos para algunas de ellas es la pensión contributiva de sobreviviente del esposo. Su mayor expectativa de vida y la pérdida del valor adquisitivo de las pensiones hace que sus beneficios sean cada vez más bajos.
Cuando se espera que las mujeres asuman responsabilidades de cuidado no remuneradas, a menudo se les impide ahorrar para la vejez a través de esquemas de pensión contributiva. Las mujeres también enfrentan prácticas y actitudes discriminatorias en el empleo que impactan la seguridad económica en la vejez al reducir los salarios o las pensiones. El acceso a la tierra es un derecho fundamental que pocas mujeres ejercen, ya que solo poseen entre el 1 y 2 % de toda la tierra en el mundo. Finalmente, las viudas, que a menudo son mujeres mayores, pueden ser privadas del derecho a la tierra y de la herencia después de la muerte de sus esposos en países en desarrollo principalmente agrarios.