Las personas racializadas son aquellas a quienes la sociedad ha asignado una categoría racial que dictamina el tratamiento opresivo o discriminatorio que reciben, en particular de las instituciones formales, a través del racismo sistemático e institucionalizado. El término busca resaltar que la raza es una construcción social impuesta por los grupos dominantes sobre los grupos oprimidos.
El término ha ido ganando popularidad en España, tanto a nivel institucional como entre las organizaciones sociales. En América Latina, su uso se está extendiendo poco a poco entre las organizaciones de base que buscan resaltar el impacto de los procesos coloniales en la construcción del concepto de raza y las opresiones conexas. El término en inglés también se usa en Canadá, aunque no en los EE. UU., donde su equivalente sería black, brown and indigenous people. En el Reino Unido, se usa el término black, asian and minority ethnic (BAME).
En las sociedades actuales, lo blanco europeo/norteamericano se reconoce como lo hegemónico, y las personas racializadas son aquellas que no caben dentro de esa categoría. El término racializado permite hacer énfasis en la raza como una acción que se ejerce sobre un grupo de personas, un acto sobre uno o varios grupos raciales.
Es importante resaltar que cada país o región tiene regímenes raciales diferentes; por ende, las personas racializadas en un lugar del mundo no son necesariamente las mismas que en otro lugar del mundo, ya que las personas que detentan el poder hegemónico varían. Por ejemplo, una persona que en América Latina se percibe como blanca, que se reconoce como blancamestiza y con privilegios, en los EE. UU. sería percibida como latina por apariencia u acento; posiblemente, sería una persona racializada, víctima de opresión y discriminación. Por lo tanto, se reconoce que los privilegios y las opresiones pueden cambiar en el tiempo, las circunstancias o la ubicación geográfica.