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  Icono Juventudes 

Participación activa de niñas, niños, adolescentes y jóvenes

(Active participation of children, adolescents and young people)

Un círculo de jóvenes en actitud de dialogar sobre un asunto. Una joven tiene una computadora portátil y un joven sostiene una tableta.

Es la implicación significativa de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en diferentes espacios y procesos de diálogo, para discutir libremente sobre los asuntos que les afectan o les interesan; por ejemplo, planes, programas y políticas públicas. 

Para que la participación se considere activa, esta población debe, como mínimo, informarse adecuadamente de su rol y de lo que aportará su participación. Así mismo, sus opiniones deben ser escuchadas, valoradas y tenidas en cuenta en todo momento.

La participación activa requiere que se les convoque a diversos procesos de diálogo, que tengan un rol protagónico y que participen desde los pasos iniciales y en todo el proceso de toma de decisiones. Muchas veces se convoca a esta población a participar, pero no se le da visibilidad. O en los procesos de consulta y aportes predominan las visiones de las personas adultas. Como consecuencia, las opiniones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes quedan relegadas. Esto hace que su participación quede reducida a procesos de validación y no de propuestas concretas que sean consideradas en la toma de decisiones. 

Por esto, desde los movimientos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, se ha adoptado el lema de «No dejar a nadie atrás», que se expresa en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. También el de «nada sobre nosotros sin nosotros» para posicionar la importancia de que sus voces estén siempre presentes y que las decisiones que afectan sus vidas no se tomen sin escuchar sus opiniones.

Los principales instrumentos de derecho internacional establecen que los Estados deben garantizar que las voces y opiniones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes sean escuchadas y tenidas en cuenta. Además de garantizarles espacios y mecanismos de participación acordes a sus edades y necesidades, y que tengan en cuenta su autonomía personal. Lo anterior para conseguir que participen de manera segura y con garantía de derechos.

También se usan los términos participación significativa, efectiva o protagónica de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Otros términos que se utilizan son participación juvenil y participación infantil. Estos últimos, no son tan precisos desde un punto de vista lingüístico. Además, si bien hacen referencia al derecho a la participación de esta población en los procesos que les conciernen, no describen la manera en que se lleva a cabo. Es por esto que suelen agregarse los términos activa, efectivasignificativa o protagónica: para enfatizar la necesidad de que la participación ocurra en condiciones igualitarias y que se garantice la voz y el voto en la toma de decisiones.

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