Por Rocio Belén Sileo, Rocío Gómez, Florencia Aguilar*
«Una lengua, mi lengua, como un acto colectivo y no posesivo, para ensayar un modo sensible de decir y de pensar desencajado de los ideales normativos y programáticos del género y la sexualidad».
Una lengua cosida de relámpagos, val flores (2019)
Cuando hablamos del colectivo, nos referimos a la existencia de personas con diferentes identidades de género y orientaciones sexuales, tales como lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, queer, etc. Comunicar este tema no es algo tan sencillo como se piensa, pero consideramos que con un buen acompañamiento es posible hacerlo de una manera respetuosa y acertada.
Uno de los factores que pueden complicar la comprensión y posterior divulgación de las temáticas queer es el hecho de que no todas las definiciones están grabadas en piedra ni todas las piedras son iguales.
Tomemos, por ejemplo, la cuestión de las etiquetas. Existen las de carácter global, que cargan con los mismos significados en todo el planeta, pero también tenemos etiquetas locales, con desarrollo histórico anclado en el territorio, que pueden tener significados ampliamente opuestos según dónde se las use. Es el caso argentino de «travesti» o «marica», que son identidades políticas que han sido resignificadas por sus respectivas poblaciones y el colectivo en general.
Por otro lado, las etiquetas funcionan para cada une en ciertos tiempos e instancias de la vida. No son necesarias ni obligatorias, a menos que así se lo sienta. El reconocimiento propio identitario es un proceso no lineal, que puede llevar toda la vida y plantear incontables modificaciones en la forma en que nos nombramos. Esa fluidez puede generar contradicciones: puede aliviar nuestro deseo de pertenencia como también puede limitarnos en categorías restrictivas que no necesariamente deberían ser estáticas ni definitivas. Las definiciones cambian y eso está bien.
¿Por qué es importante remarcar estas cuestiones? Como personas integrantes del colectivo y, además, profesionales de la lengua, solemos ver mucho desconocimiento en contenidos informativos de temática queer, independientemente de las buenas intenciones de sus autores.
La visión de MODII nos interpela porque consideramos que en las narrativas más difundidas existe un sesgo heterocissexista evidente para quienes no habitamos la norma, pero difícil de percibir para quienes están dentro de ella. Pensamos que lo que decimos y cómo lo decimos influye en el mensaje que queremos transmitir, por eso recomendamos acudir a especialistas en consultoría LGBTIQ+. Las vivencias propias permiten identificar y problematizar la manera en que el contenido LGBTIQ+ y sus conceptos se enuncian en los diferentes medios de comunicación.
Esta es la razón por la que incentivamos la lectura de la información compartida por estas identidades y otras, debido a que no somos un grupo homogéneo, nunca lo fuimos. El aporte de todas las voces es válido y único. De allí la riqueza de nuestra comunidad.
*A principios de 2022, MODII lanzó una convocatoria para escribir artículos en su blog. Se escogieron los mejores trabajos para publicarlos en esta página web y reconocer las contribuciones de la audiencia. Para MODII es un orgullo crecer en comunidad.