*Por Roberto Carrasquilla, desde su perspectiva como persona con discapacidad
La discapacidad es un concepto bien interesante y curioso. Las personas que la presentan se sienten victimizadas, «invisibles», burladas, ignoradas y que no tienen derecho a la libertad de expresión, a la vida, al trabajo, entre muchos aspectos.
Para una persona, vivir con la discapacidad implica asumir muchos retos y vencer obstáculos que le dificultan salir adelante; estos impedimentos no solo tienen carácter político y laboral, sino también familiar.
Muchos miembros de la familia, cuando se enteran de que su hijo, hija, primo, prima, sobrino, sobrina, nieto, nieta, etc., presenta una discapacidad física, cognitiva, visual, múltiple, auditiva, entre otras, consideran las distintas opciones que tienen para hacerle frente a la situación: ocultar ante la sociedad, meter a distintas terapias intensivas, aceptar o no.
Adicionalmente a lo que enfrentan sus familiares, es fundamental que las personas con discapacidad sean conscientes de su situación y que la acepten, para así empezar a desarrollar una personalidad más firme, tener más confianza en sí mismas y no permitir que la sociedad las victimice.
Lo curioso es que, si bien las personas con discapacidad luchan para que no las vean por su situación, sino como personas, la misma población muchas veces «discrimina» a otras personas que tienen otra discapacidad.
También existen problemas de comunicación entre las mismas personas con discapacidad auditiva, ya que algunas utilizan el oralismo como medio para comunicarse; sin embargo, no siempre «entienden» a cualquier persona oyente. La lengua de señas es una alternativa que permite la comunicación entre quienes utilizan esta lengua y oyentes que la conocen (intérpretes, familiares).
En relación con este mismo tema, una persona sorda que se encuentre en la calle, por lo general no muestra señales visibles de discapacidad (visual, cognitiva, física), pero a la hora de comunicarse con una persona que no conoce, la dificultad para comunicarse podría convertirse en una batalla.
Finalmente, mi reflexión es que la discapacidad se convierte en un estilo de vida, que la persona lleva y le permite disfrutar con dignidad de sus derechos como cualquier otra persona.
*En 2021, MODII facilitó el curso Comunicación inclusiva, parte 1. Se escogieron los mejores trabajos finales para publicarlos en esta página web y reconocer el esfuerzo de cada estudiante y la calidad de sus textos. Para MODII es un orgullo crecer en comunidad.