La huella hídrica mide el volumen total de agua dulce necesario para la producción de los bienes y servicios que una persona, una empresa o un país consumen. La importancia de este indicador radica en que calcula la cantidad de agua dulce de la que el ser humano se apropia, directa e indirectamente, para sus actividades, lo que altera el ciclo del agua en el planeta.
Este indicador se conforma de cuatro componentes básicos: el volumen de agua; su lugar de origen; el momento de su extracción; y su color o clasificación, que puede ser azul (agua superficial proveniente de ríos o lagos, por ejemplo), verde (agua de lluvia almacenada en el suelo) o gris (agua contaminada durante un proceso).
La huella hídrica puede aplicarse a productos, a regiones, a organizaciones o a individuos, y puede referirse a la producción o al consumo. Además, no solo considera la cantidad de agua que se utiliza en, por ejemplo, la producción de alimentos o en procesos industriales, sino que también toma en cuenta el agua que se contamina o ensucia en esas actividades.
Referencias:
El agua virtual y la huella hídrica.
Portal del Agua de la UNESCO.
Encuesta y grupos focales consultados para la elaboración de este reflexionario.
Créditos de fotografía a mariait