Huella ecológica

La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental, que se produce cuando una cierta población demanda los bienes naturales comunes que requiere para producir lo que consume. Este indicador mide la superficie terrestre necesaria para producir estos recursos y absorber los impactos, las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación y los desechos de dicha producción.

La huella ecológica mide seis categorías: tierras de cultivo, tierras de pastoreo, áreas de pesca, terreno edificable, superficie forestal y tierra para la absorción de dióxido de carbono.

Este indicador está relacionado con los límites planetarios y con la biocapacidad o la capacidad biológica de la Tierra de regenerar sus recursos y absorber la contaminación y los desechos. Tanto la biocapacidad como la huella ecológica se expresan en una misma unidad: hectáreas globales (hag).

Es posible calcular la huella ecológica de una persona, de una comunidad, de un país o de una región, y establecer relaciones con la biocapacidad y los límites planetarios para determinar la sostenibilidad de cierta población o individuo. Cuando la huella ecológica supera la biocapacidad estamos ante un caso de déficit ecológico.

Huella ecológica es un término que se usa con frecuencia, ya que tiene un fuerte componente de sensibilización. En algunos contextos, el término huella ambiental se usa como sinónimo; sin embargo, no se refieren a lo mismo. También es importante no confundir huella ecológica con huella hídrica ni con huella de carbono.