Según The Lancet, la salud sexual es el estado de bienestar en relación con la sexualidad. Se da a nivel físico, emocional, mental y social. Implica el hecho de tener experiencias sexuales que sean placenteras y seguras, en contextos sin coerción, discriminación ni violencia.

Además, ampara los siguientes aspectos principales:

• la posibilidad de definir con libertad aspectos de la sexualidad, incluida la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género;
• la decisión personal respecto a tener actividad sexual o no;
• el disfrute de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos;
• el acceso a información, asesoramiento y atención en relación con la sexualidad y las relaciones sexuales;
• el acceso a información y atención respecto a infecciones de transmisión sexual;
• el acceso a atención y tratamiento en casos de disfunción y trastornos sexuales.

Según The Lancet, la salud reproductiva es el estado de bienestar en relación con el sistema reproductivo y sus procesos. Se da a nivel físico, mental y social.

Además, ampara los siguientes aspectos principales:

• el acceso a información verdadera y pertinente sobre el sistema reproductivo;
• la posibilidad de menstruar en un contexto higiénico, privado y digno;
• el acceso a métodos anticonceptivos seguros, eficaces y asequibles, de elección personal;
• el acceso a servicios adecuados durante el embarazo y el parto;
• el acceso a una atención médica segura en casos de aborto;
• el acceso a servicios de prevención y tratamiento de la infertilidad.

Es imprescindible que todas las personas tengan garantizados sus derechos a la salud e integridad personal en contextos médicos en relación con su salud sexual y reproductiva.

Para ello, es fundamental poder acceder a espacios médicos libres de discriminación, violencia y malos tratos. Esto es particularmente importante en el caso de personas y grupos de mayor vulnerabilidad.

El término virginidad es una construcción social. No constituye un concepto médico ni científico. En el caso de las mujeres, históricamente se ha asociado a la pureza, al honor y a la honra. Incluso en la actualidad, hay países en donde niñas y adolescentes son sometidas a pruebas de virginidad. Consiste en exploraciones vaginales para detectar si el himen, la membrana que rodea a la abertura vaginal, está intacto. Esto es una práctica nociva, una manifestación del machismo y una violación de los derechos humanos.

En contextos de salud sexual y reproductiva, MODII recomienda no usar este término y reemplazarlo por otros más precisos, como primera penetración o relaciones sexuales por primera vez.

El 26 de octubre es el Día Internacional de la Visibilidad Intersex, con el fin de vencer prejuicios y apoyar la diversidad. Las personas intersex nacen con caracteres biológicos por fuera del estándar binario tradicional. Por ejemplo, en sus aparatos reproductivos, su anatomía sexual o en los patrones hormonales.

En relación con esto, emerge un debate sobre la necesidad de detener y prohibir las terapias hormonales y los procedimientos quirúrgicos de asignación de sexo genital a bebés y menores de edad que no tienen todavía la facultad de poder elegir y dar su consentimiento informado. Estos procedimientos, que muchas veces son irreversibles, suelen tener fines estéticos y pueden generar efectos adversos. Por ejemplo, esterilizaciones involuntarias, infertilidad o una disminución o pérdida de la sensibilidad sexual.

Por ello, para muchas personas y organizaciones, estos son casos de mutilación genital intersexual. Se busca, en cambio, que la persona crezca, desarrolle su identidad de género y decida si quiere hacer algún tipo de intervención en su cuerpo o no. Visibilizar la diversidad humana y la diversidad genital es respetar. Y esto es fundamental para que nadie sienta que su cuerpo no se adapta a los estándares establecidos.