MODII es un espacio interactivo y de participación. Por eso, para el equipo es muy importante traer las voces de aquellas personas que viven los temas de primera mano: protagonistas, activistas o representantes de comunidades.
En esta sección del blog queremos compartir con la audiencia los extractos de las entrevistas que realizamos como material de consulta para nuestro cursos Comunicación inclusiva, parte 1 y parte 2.
ENTREVISTADA 1: Valeria Angola
¿Quién es Valeria Angola?
Valeria usa el pronombre «ella» y se identifica como mujer afrodescendiente. Tiene un pódcast que se llama Afrochingonas. Es colombiana y, como vive en México hace 10 años, también se siente mexicana. Valeria es representante de Afroféminas en México y tiene una colectiva antirracista que se llama Frontera. Escribe para la revista Malvestida e imparte talleres sobre antirracismo en universidades, escuelas y empresas.
¿La discriminación hacia las personas afrodescendientes se da a través del lenguaje?
Valeria cree que sí. Dice que el lenguaje es una de las maneras en las cuales la discriminación y el racismo se manifiestan hacia las personas indígenas, las personas negras y las personas racializadas. Dice que esto ocurre en la forma en la que hablamos y también en otros campos del lenguaje que no pasan por la palabra, como la imagen.
Piensa que hay imágenes y memes que reproducen los sistemas de opresión racistas. Por ejemplo, Valeria identifica un dicho que la gente usa en México para referirse a una situación incómoda que no es agradable. Por ejemplo, dicen: «Yo me sentí como el negrito del arroz». Es el arrocito que, de pronto cuando cocinas, te queda quemado frente a esa gran masa de arroz blanco. Implica ser la persona diferente, que sobresale de una manera incómoda e inadecuada. Valeria llama a la reflexión sobre el uso de expresiones corrientes que utilizamos para hacer alusión a situaciones que tienen que ver con la cuestión del color.
Con respecto a estos usos del lenguaje, Valeria ha hecho una campaña en contra de la palabra «denigrar» en sus redes sociales. ¿Por qué? Dice que el verbo se usa para referirse a una desmejora. Significa volver negro. Evidencia una relación constante del valor simbólico: lo negro siempre relacionado con valores negativos. «Lo negro, lo oscuro. El lado oscuro de las cosas siempre es el lado negativo, el lado que no se ve, el lado… oculto. Mientras que vemos en relación a lo blanco, por ejemplo, lo blanco siempre representa la pureza, representa la bondad, representa la paz, (…) valores que son asociados a lo positivo». Agrega que esto está instaurado en nuestras formas del lenguaje y del pensamiento, que, al final, son las palabras que dotan de sentido al mundo.
Entonces, afirma que el lenguaje coloca a las personas negras, indígenas y racializadas en un lugar de asimetría frente a las personas que no tienen estas características físicas y sociales. Esto es importante porque, al final, «no solamente se quedan en un campo de lo simbólico sino que también tienen aspectos violentos y prácticos sobre la vida de las personas».
¿Cómo le gustaría ser nombrada a Valeria?
Principalmente, como una persona que está produciendo cambios y transformaciones sociales. Como una persona que habla sobre la importancia del lenguaje y de nombrar las cosas de una manera digna y respetuosa.
Valeria cuenta que en México ha habido una lucha sobre la importancia de nombrar a las personas afrodescendientes y a las personas indígenas con los nombres de sus propios pueblos.
Dice que el Estado homogeneizó a los grupos indígenas con el nombre «indígenas», pero que es muy importante recalcar que estos grupos son muy diversos y que tienen nombres distintos.
«No es lo mismo decir, por ejemplo, “este indígena” a decir que es “persona o grupo nahua” o “persona mixe o grupo mixe” o “persona wirrárika” o “persona o grupo purépecha”, que son los nombres que las propias comunidades reivindican de sí mismas. Y en México la cuestión de las personas afrodescendientes, la importancia de llamarnos “negras, negros, afrodescendientes, prietos, prietas”, también es una cuestión muy muy importante porque justo también desde el Estado se borró a estas culturas, se borró a estos pueblos negros bajo una categoría de “mestizo, mestiza”».
Valeria cree que cada cual decide cómo hablar, cómo expresarse, como nombrar. No es la academia, no es el Estado. Cada persona tiene ese poder. Dice que más bien es la academia la que está en constante observación sobre cómo el lenguaje se transforma. Cree que cambiando esas formas de expresión estamos transformando la sociedad, estamos creando nuevas narrativas.
«Me parece que hay un poder muy impresionante en el hecho de que nosotras, como personas racializadas, personas negras, indígenas, prietas, etcétera, tomemos el lugar de las narrativas que se realizan sobre nosotras mismas. Porque históricamente, el poder de la narración, el poder del lenguaje, lo ha tenido alguien más (…). El hecho de apropiarnos a través de los medios de comunicación que tengamos, el hecho de crear eso, un pódcast, el hecho de escribir en primera voz sobre nuestras propias historias, sobre nuestro propio proceso académico, sobre nuestra propia teoría, sobre nuestros propios elementos culturales e identitarios es… es una cuestión profundamente política (…)».
¿Qué significa ser una persona afrodescendiente o indígena o racializada?
A Valeria le gustaría arrebatarle al poder lo que significa ser una persona racializada o negra o indígena. Propone plantear la oportunidad de pensar la racialidad y la identidad desde la alegría y no siempre desde el dolor.
«Yo desde niña fui burlada, discriminada, violentada, por mis compañeros de escuela, por mis compañeros del barrio». Cuenta que todo ese dolor años después se ha transformado en esta posición política y en este deseo de transformar el mundo. De construir un mundo en el que el racismo no exista y en el que nadie tenga que enfrentar una situación tan dolorosa.
Valeria habla de la importancia de narrar y contar otras historias. También de reivindicarse como personas de rebeldía alegre, llenas de un espíritu transformador: «agentes de nuestros propios cambios».
Por último, Valeria dice que, además de las palabras, hay otras cosas que influyen en la manera de nombrar, como la entonación o el contexto. «A mí me preguntan constantemente: “si te digo ‘negra’, ¿estoy siendo racista?”, “si te digo ‘prieta’, ¿estoy siendo racista?”, y yo creo que también tendríamos que pensar no solamente en la palabra. (…) Entonces, por supuesto que a mí me han gritado “negra” para insultarme, pero es muy diferente si me dices “negra” o dices “personas negras” en un contexto distinto». Agrega que, como mujeres afrodescendientes, han decidido reivindicar esos términos que históricamente se han usado como insultos.
Gracias, Valeria. El equipo de MODII valora tu generosidad y tu tiempo para sumar tu voz en primera persona.