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Economía circular

(Circular economy)

Ilustración de grandes flechas que forman un círculo. Sobre las flechas, hay varios elementos, como agua, cestos de separación de residuos, plantas y aerogeneradores.

El término economía circular es novedoso. Hace un tiempo que se usa en España y recientemente se ha popularizado en América Latina también. Existen dos abordajes complementarios respecto a su significado.

Por un lado, el Parlamento Europeo ha definido a la economía circular como «el mantenimiento del valor de los productos, materiales y recursos en la economía durante el mayor tiempo posible y la minimización de los residuos…». Desde esta perspectiva, la economía circular permite conservar los recursos en la economía una vez que han llegado al final de su vida. Así, se pueden seguir empleando de otros modos y se resignifica el valor añadido.

En la sociedad civil y en el mundo académico, el término economía circular viene a proponer un cambio de paradigma que reemplace a la economía lineal. Supone el avanzar hacia una economía diferente a la tradicional en lo que refiere a la forma de producir y consumir, en el marco del desarrollo sostenible. Plantea un modelo que priorice los impactos ambientales y sociales por encima de la rentabilidad económica. Por ejemplo, la Fundación para la Economía Circular, remarca que uno de los objetivos es reducir el consumo y no desperdiciar materias primas, agua o fuentes de energía.

Por otro lado, la empresa social Ecologing, entiende que la economía circular es regenerativa y que representa un paradigma económico nuevo que se inspira en la naturaleza. En este, se desestima el concepto de residuo y todos los recursos pasan a ser nutrientes para otros ciclos. En esta línea, Adriana Zacarías, la coordinadora regional de Eficiencia de Recursos para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente, explica que, si la economía circular se inspira en la naturaleza, no existe el concepto de desperdicio. «Todo lo que la naturaleza genera es un insumo o alimento para otro organismo. Pensemos en el bosque, las hojas de un árbol se convierten en abono para la tierra; un animal muerto, llega otro y lo come. Todo es un flujo cerrado en lo que todo fluye».

Estos enfoques, que son complementarios, van en línea con la mirada del grupo de especialistas que participó en las consultas. Además, hay consenso entre las personas expertas respecto a que el término cuestiona los modelos actuales y la obsolescencia programada, al proponer una nueva manera de producir y consumir no lineal, que revaloriza la materia prima y la utilidad de los productos. Para ello, se incluye la variable ambiental y social al diseño, a la fabricación y a la disposición de productos y servicios.

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