Es el conjunto de ideas, creencias y cultura en la que prevalece el criterio de que el hombre tiene preponderancia sobre otros géneros y otras orientaciones sexuales. Además, establece la normalización de la familia nuclear como la única unidad familiar aceptable.
El concepto de hombre en esta construcción social se identifica como heterosexual y cisgénero. Toda persona que está dentro de este canon establecido adquiere un grado de privilegio.
Al igual que la cisheteronormatividad, este tipo de creencia e idea se consideran una forma de discriminación centrada en el machismo hacia las mujeres y el colectivo LGBTIQ+, debido a que da invisibilidad a la diversidad sexual y a todas aquellas personas que no se sienten identificadas con esta creencia.
Este término surgió entre los años ochenta y noventa como denuncia social, y está relacionado con la teoría queer. Fueron principalmente las mujeres feministas disidentes de género o sexualidad las que generalizaron su uso.