El aprendizaje permanente se refiere al derecho y la capacidad que tienen todas las personas de acceder a la educación y al aprendizaje, independientemente de su edad. Se da incluso si no se encuentran en los rangos etarios en los que culturalmente se asiste a la escuela o la universidad.
Adquirir nuevos conocimientos y habilidades contribuye a que las personas mayores mantengan sus habilidades cognitivas, mejoren su salud y bienestar, y aumenten su autoestima y sentido de logro.
El aprendizaje permanente o a lo largo de la vida suele promoverse a través de cursos y programas de educación continuada en instituciones formales. Sin embargo, también se refiere a la posibilidad que tienen las personas de manera autodidacta de mantener su desarrollo personal.
Reconocer y fortalecer el aprendizaje permanente contrarresta el edadismo y las creencias limitantes en torno a que las personas de determinada edad pierden capacidad cognitiva o no están interesadas en aprender nada nuevo.
Referencias:
OEA. (2015). Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Washington.
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