Abuso y maltrato en la vejez

El abuso y el maltrato en la vejez son prácticas de violencia contra las personas mayores. Se puede tratar de una acción única o de acciones que se repiten en el tiempo y producen daño o angustia. Suelen ocurrir dentro de relaciones donde existe una expectativa de confianza. Es decir, las víctimas suelen conocer a quienes las agreden, porque el maltrato se da mayoritariamente en contextos familiares o en los lugares donde se proveen los cuidados (OMS, 2003).

Las agresiones pueden ser físicas, psicológicas, emocionales o sexuales o estar relacionadas con la explotación financiera y el fraude. También se considera abuso y maltrato a la negligencia. Esto es la falta de respuesta apropiada ante determinadas situaciones. Incluye descuidos frente a necesidades básicas (comida, aseo, vestido, vivienda, comunicación), así como irrespeto de la voluntad y la autonomía.

Aunque el abuso, el maltrato y la negligencia se presentan tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, hay un alto subregistro de estas violencias. Particularmente, las que por edadismos se asocian a otras edades, como las agresiones sexuales. Por esto, el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento (2002) identificó la gravedad de la situación. Además, determinó la necesidad de avanzar en una agenda para la prevención de todas las formas de abuso, maltrato y descuido hacia las personas mayores, y la creación de servicios de apoyo para abordarlos.

En ese sentido, las Naciones Unidas declaró el 15 de junio como el Día Mundial de Toma de Conciencia sobre el Abuso y Maltrato en la Vejez. También designó a una Experta Independiente sobre el disfrute de todos los derechos humanos por las personas de edad. Su mandato incorpora estos temas de manera prioritaria.

En sus informes, la Experta de las Naciones Unidas ha señalado cómo las desigualdades de género hacen que las mujeres mayores tengan un riesgo agravado de sufrir maltrato en la vejez. También la urgencia de trabajar por una cultura que favorezca la solidaridad intergeneracional, que rechace la violencia y cuestione las prácticas machistas que afectan a las mujeres a lo largo de la vida.