Según el Diccionario de americanismos, acuerpar significa «apoyar una persona a alguien o a algo, como una iniciativa o una propuesta». Sin embargo, para los movimientos feministas y de la diversidad, este significado es mucho más específico y significativo.
Como señala la feminista comunitaria indígena maya Lorena Cabnal, acuerpar es un acto de resistencia personal y colectiva de nuestros cuerpos que se manifiestan antes las injusticias que viven otros cuerpos.
Mediante el acuerpamiento, las personas comparten fuerzas y energía política, afectiva y espiritual para resistir ante las opresiones impuestas por el patriarcado, el capitalismo, el colonialismo, la discriminación y el racismo, entre otros.
En este sentido, no se trata solo de una expresión de indignación y búsqueda de justicia. Se trata también de mostrar empatía, de compartir pesares, de acompañar y sentir como propia la vivencia ajena. Así, de esta manera, los cuerpos están en sintonía para mostrar cercanía, recuperar la alegría y revitalizarse.
En particular para las mujeres indígenas, la defensa de los cuerpos está ligada también a la defensa del territorio y la Pachamama. De hecho, la concepción del término territorio-cuerpo-tierra surge de la reivindicación de mujeres en lucha por la liberación de las diversas opresiones y una apuesta de recuperación y sanación emocional y espiritual.
Por último, desde algunas organizaciones LGBTI feministas/cuir, se apuesta por el uso del término acuerpamiento maricofeminista. La intención es nombrar su activismo y cuestionar al sistema heteronormativo y la opresión patriarcal por el odio hacia las personas LGBTI+ y a los cuerpos feminizados.
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