Es la acción por medio de la cual una persona manifiesta, mediante firma, la aceptación de algún procedimiento médico relacionado con la salud reproductiva. Esta autorización se otorga a partir de la información completa y basada en evidencias científicas que el personal de salud debe proporcionarles a las personas usuarias.
Es una declaración de voluntad expresa. Tiene como fin que la persona se implique en la relación clínica y pueda tomar decisiones informadas sobre los temas que le afectan. Por lo tanto, los requisitos básicos son la libertad de decisión y la información suficiente.
El documento escrito es el resguardo de que el personal médico ha brindado la información y de que la persona usuaria la ha comprendido. Por lo tanto, el consentimiento informado garantiza una actitud responsable y bioética del personal médico o de investigación en salud. Esto, a su vez, da garantías de respeto a la dignidad y a la autonomía de las personas.
Es fundamental que la información que se brinda a la persona usuaria sea clara, veraz, suficiente, oportuna y objetiva acerca de todo lo relativo al proceso de atención, diagnóstico, tratamiento y pronóstico del padecimiento. De la misma manera, es importante dar a conocer los riesgos, los beneficios físicos o emocionales, la duración y las alternativas, si las hubiera. Esto implica diversas acciones, como comprobar si la persona usuaria ha entendido la información, dar lugar para que realice preguntas y ofrecer respuestas y asesoramiento.
Las personas aptas en términos legales, de edad y de capacidad mental están en condiciones de dar el consentimiento informado. Si este no fuera el caso, se debe obtener la autorización de su representante legal y lo ideal es tener el asentimiento de dicha persona. En el caso de las personas con discapacidad, el ejercicio de su capacidad jurídica puede requerir la presencia de apoyos para la toma de decisiones. Esto es primordial para que no tengan lugar procedimientos coercitivos, como la esterilización forzada.
Por otro lado, debe garantizarse la libertad de elección: después de haber sido informada adecuadamente, la persona usuaria tiene la posibilidad de otorgar o no el consentimiento para que se lleven a cabo los procedimientos. Es importante privilegiar la autonomía y establecer las condiciones necesarias para que se ejerza el derecho a decidir. Entonces, la finalidad principal de los consentimientos informados para la salud reproductiva es favorecer la participación de las personas en la toma de decisiones sobre la atención de su salud.