La prostitución se entiende como trabajo sexual en el que existe una explotación por parte de un tercero que exige e impone las condiciones en las que la persona se ve obligada a ejercer el «trabajo».
Aunque algunos colectivos que defienden el trabajo sexual reivindican el uso de la palabra prostitución para referirse a él, en general, usan el término trabajo sexual.
La diferencia entre los dos conceptos radica en la voluntariedad. Así, el trabajo sexual se entiende como una actividad que se ejerce libremente y la prostitución como un acto que se ejerce por obligación de terceros.