Las tierras son superficies geográficas que los pueblos indígenas y tribales han ocupado o usado tradicionalmente de alguna manera. La continuidad histórica con su territorio hace que las tierras y los recursos naturales que ahí se encuentran formen parte de la identidad cultural propia de estos pueblos.
En este sentido, la relación que mantienen con las tierras es tal, que desvincularse de estas implica un riesgo de pérdida cultural irreparable. De hecho, el arraigo es una característica ampliamente reconocida por la comunidad internacional, que protege el derecho a la posesión y al uso para el desarrollo de actividades sociales, económicas, culturales y espirituales. Cuando adquieren el carácter de comunitarias, las tierras son, además, inembargables, inalienables e imprescriptibles.
En América Latina, las luchas de las comunidades indígenas y tribales por la tierra se relacionan, entre otras cosas, con su reconocimiento legal. Para ello, el derecho internacional establece la obligación de los Estados de demarcar, delimitar y titular las tierras y el territorio. En diferentes países, se han promovido programas de titulación con este fin, pero, a la par, tanto los Estados como terceros han llevado a cabo privatizaciones y apropiaciones ilegítimas.
Referencias:
Consultas de MODII: recuperado del diálogo en grupos focales y entrevistas en profundidad.
Ministerio de Cultura, República de Colombia (2010). Glosario de la Diversidad.
Víctor Manuel del Cid Lucero (2010). Glosario de Ciencias Sociales y Pueblos Indígenas.
Créditos de fotografía a stephen reich