El territorio es la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos indígenas y tribales ocupan o utilizan de alguna manera. En este sentido, en el territorio se encuentra un núcleo de casas, cultivos, plantaciones, recursos naturales y otros elementos del entorno que dan un significado cultural e identitario a las comunidades. Este significado tiene carácter colectivo y debe protegerse para garantizar su supervivencia física y cultural.
La relación con el territorio, de hecho, se vincula especialmente con su concepción de desarrollo con cultura e identidad y con la continuidad de su cosmovisión, de su modo de vida tradicional, de su estructura social y económica.
El territorio no se puede poseer; solamente es posible ser parte de él. Debido a esta relación especial, las decisiones sobre el territorio deben ser tomadas por los propios pueblos indígenas y tribales, mediante procesos debidos de participación, consulta previa, libre e informada, y consentimiento previo, libre e informado.
En la práctica, en muchas ocasiones, se promueve y se pone en marcha la ampliación de las fronteras extractivas, el desarrollo de megaproyectos de infraestructura y la expansión de la frontera agrícola y de la agroindustria, entre otros, sin la debida garantía de estos derechos. Así mismo, las invasiones de terceros, la militarización y el narcotráfico son otros elementos que ejercen presión sobre los territorios ancestrales y producen desplazamientos forzosos. Frente a todos estos abusos y violaciones, las comunidades indígenas y tribales de América Latina se declaran en resistencia.
Referencias:
Consultas de MODII: grupo focal 1. Entrevistas en profundidad con Felipe Allegro, Soledad Condore Calle, Luis Mezquita, María del Rosario Sevillano Arévalo y Karina Vargas.
Créditos de fotografía a Joa Souza