Se considera que una persona vive con VIH cuando su estado serológico es seropositivo. Las personas que viven con VIH contraen el virus por una de las siguientes tres vías: contacto con sangre infectada, transmisión vertical durante el embarazo, el nacimiento o la lactancia materna, o relaciones sexuales sin protección.
Sin medicamentos, el sistema inmunitario de las personas seropositivas o que conviven con el VIH puede debilitarse al punto de adquirir el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). No existe cura para el VIH/sida; por lo tanto, las personas seropositivas conviven con la enfermedad toda su vida. Los medicamentos y el tratamiento con fármacos antirretrovirales pueden retardar dramáticamente el avance de la enfermedad.
Durante los años noventa, las personas que convivían con el VIH eran estigmatizadas, señaladas y excluidas socialmente. En la actualidad, este hecho ha cambiado en numerosos países. Sin embargo, en otros, las personas que conviven con VIH aún se enfrentan a un rechazo estructural y social. Una manera muy peyorativa de dirigirse a las personas que conviven con el VIH es a través del término sidosa o sidoso.