Es la manera en que la sociedad espera que se comporten los niños y los hombres, según lo que se ha convenido socialmente que significa ser hombre. Es una construcción social, política e histórica. Es decir, la masculinidad es diferente en cada lugar y varía a lo largo del tiempo.
En un sistema patriarcal y heteronormativo, esta manera en que se espera que se ejerza la hombría está asociada, entre otras cosas, con la valentía, la fuerza física, la heterosexualidad y las cualidades superiores del hombre frente a la mujer. Estos modelos de masculinidad son perjudiciales en la medida en que fomentan la discriminación por razones de género.
Referencias: