La palabra gaslighting proviene del inglés y se puede traducir al español como abuso machista emocional y psicológico. Se define como un patrón de abuso emocional, en el que se manipula a la víctima para llevarla a que dude de su propia percepción, entendimiento o memoria. La práctica busca provocar ansiedad, confusión y depresión.
El término surgió de la película clásica de Hollywood, Gaslight, que se tradujo como Luz que agoniza en España y Luz de gas en Hispanoamérica. En ella, un hombre manipula psicológicamente a su esposa para convencerla de que está loca. El marido esconde cosas para hacerle creer que es la responsable de su desaparición y también atenúa la luz de la lámpara de gas y aduce que brilla con la misma intensidad de antes. La mujer efectivamente empieza a dudar de su propia percepción de la realidad.