Son los derechos de todas las personas sobre lo siguiente:
- a decidir si desean o no tener bebés, cuándo hacerlo y el espaciamiento entre embarazos;
- a disponer de la información y de los medios necesarios para hacerlo;
- a controlar la capacidad reproductiva mediante el uso de métodos anticonceptivos;
- a disfrutar del estándar más alto de salud sexual y reproductiva;
- a que se garantice la privacidad, el respeto, la confidencialidad y un consentimiento informado;
- a tener relaciones en donde haya respeto mutuo e igualdad de género.
Esto también incluye el derecho a tomar decisiones relacionadas con la reproducción sin ser objeto de discriminación, coerción o violencia, tal como se expresa en los documentos relativos a los derechos humanos.
Los derechos reproductivos se encuentran previstos en la definición de salud reproductiva que se aprobó en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en el Cairo, Egipto, en 1994, y que es la base de la definición que maneja en la actualidad la Organización Mundial de la Salud.
La implicación más importante de la aceptación e implementación de los derechos reproductivos es el reconocimiento de la agencia moral o la libertad de conciencia de las personas para tomar decisiones acerca de su reproducción. La agencia moral es la autonomía al tomar una decisión a partir de una ética personal. Tener agencia es tener la capacidad de actuar.
Existe un consenso mundial en cuanto a la necesidad y el uso de los métodos anticonceptivos para controlar la capacidad reproductiva. Sin embargo, no hay consenso en relación al derecho de las mujeres y personas embarazadas a decidir sobre el aborto. Esto se traduce en las legislaciones que son particularmente restrictivas y que afectan la salud y la vida de mujeres y personas embarazadas.
Dicho esto, los derechos reproductivos son de primordial interés porque resguardan la agencia moral, la autonomía y la libertad de decisión de todas las personas. Están en el centro de la agenda de los derechos humanos de adolescentes, jóvenes y mujeres adultas para decidir sobre su sexualidad y su capacidad reproductiva. En particular, el derecho de las personas jóvenes a tener acceso a una educación sexual integral y a los servicios necesarios para poder disfrutar de la sexualidad sin riesgo de embarazarse, así como el derecho de las mujeres y personas embarazadas a tener acceso a servicios de aborto legal, seguro y gratuito.