El principio de no devolución es un principio fundamental del derecho internacional y es la piedra angular de la protección internacional de las personas refugiadas. El ACNUR lo define como el principio que conlleva la obligación para los Estados de no extraditar, deportar, expulsar o devolver a una persona a un país en los siguientes casos:
- Si su vida o su libertad estarían amenazadas allí.
- Si existen motivos fundados para creer que una persona podría correr el riesgo de verse sometida a actos de tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes.
- Si una persona puede ser objeto de desaparición forzada o de sufrir otros daños irreparables.
El principio es aplicable a las personas que tienen el estatus de refugiadas, como a las que son solicitantes de asilo.