Primero, lo primero. La anticoncepción se refiere a una variedad de prácticas, métodos o dispositivos que las personas pueden usar al tener relaciones sexuales con el fin de evitar un embarazo. Algunos métodos anticonceptivos de barrera, como el condón y los campos de látex, también previenen las infecciones de transmisión sexual. Y aquí llega la primera pregunta:
¿Quién tiene la responsabilidad de evitar embarazos no deseados?
Si como desenlace de la relación sexual hay riesgo de que se produzca un embarazo no deseado, esta responsabilidad pertenece a todas las personas implicadas, pero…
Los datos:
- En la actualidad, hay solo dos métodos anticonceptivos aprobados para hombres y otras personas con aparato reproductor masculino: los condones y la vasectomía.
- En cambio, los métodos anticonceptivos para mujeres y otras personas con aparato reproductor femenino vienen de todas formas y colores: píldoras anticonceptivas orales, implantes subdérmicos, dispositivos intrauterinos, anticonceptivos inyectables, esterilización quirúrgica, parches, anillos vaginales, entre otros.
Uy, ahora las preguntas vienen en oleada. ¿Por qué existen tantos métodos disponibles para una parte de la sociedad y tan pocos para otra? ¿Es falta de financiamiento? ¿Falta de aval científico? ¿Falta de interés?
Lo cierto es que, desde los años setenta, hay muchas investigaciones en curso sobre diversos métodos anticonceptivos hormonales y no hormonales destinados al aparato reproductor masculino. Y, si bien muchos han avanzado en las etapas de investigación, todavía no hay ninguno disponible en el mercado.
Se cree que la falta de interés de los hombres y la falta de financiamiento son dos de las principales causas por la que estos métodos no han prosperado aún. También la aparición de eventos adversos no deseados en ensayos clínicos en hombres, como aumento de peso, irritabilidad y cambio de humor. Se preguntarán también si no hay un doble estándar. Las píldoras hormonales que funcionan sobre el aparato reproductor femenino pueden provocar estos efectos adversos y muchos más. De cualquier forma, hay iniciativas que invitan a los hombres a participar en ensayos clínicos para desarrollar los anticonceptivos de la próxima generación.
Momento de reflexionar
¿Solo falta investigación o también un cambio social para que la responsabilidad de la anticoncepción esté más equilibrada? ¿Ambos procesos deben ir de la mano?
En resumen, la falta de interés, la falta de financiamiento, la asimetría de métodos disponibles y los dobles estándares hacen que la carga de evitar los embarazos no deseados siga recayendo en las mujeres y en las personas con aparato reproductor femenino.
Desde MODII creemos que empezar a nombrar es poner el tema sobre la mesa. Pensamos en mujeres y en personas con vulva al decir «anticoncepción» porque los métodos, los estudios y las encuestas ponen su foco ahí. Cambiar los imaginarios también implica cambiar las realidades, y la necesidad de explorar otros métodos anticonceptivos para hombres y personas con aparato reproductor masculino es real.