La eutanasia es un procedimiento médico que conduce a la muerte. Se distingue entre eutanasia activa, cuando una tercera persona presta una ayuda que efectivamente causa la muerte, y eutanasia pasiva, cuando se suspenden o no se otorgan medios para la prolongación asistida de la vida.
La eutanasia activa es un derecho reconocido en algunos países y permite a las personas ejercer su voluntad, autonomía y decidir cuándo poner fin a su vida bajo ciertas circunstancias. Posibilita que profesionales de la medicina realicen una acción que cause la muerte, siempre que se cumplan los requisitos legalmente establecidos. Esos requisitos suelen estar relacionados con lo siguiente:
- la existencia de una clara manifestación de la voluntad por parte de cada paciente;
- el diagnóstico de enfermedades incurables que han llevado a un alto nivel de deterioro y fragilidad a la persona;
- la existencia previa de cuidados paliativos que ya no son suficientes para el manejo del dolor, y esta situación contradice la idea de dignidad de la persona.
A veces, la eutanasia se confunde con el suicidio médicamente asistido. Aunque ambos términos están íntimamente relacionados con el derecho a morir dignamente, no significan lo mismo. En el segundo caso, la persona causa su propia muerte por medio de dosis letales de un medicamento recetado. En los países donde está permitido, se puede hacer tras cumplir con los parámetros legales que se establecen en la legislación del país.