Es la entrega de información completa, oportuna y accesible, que debe recibir una persona para manifestar su voluntad. Usualmente, se refiere a la voluntad de someterse a un tratamiento o procedimiento en el ámbito de la salud, incluida la mental, sexual y reproductiva, pero podría ser también una herramienta para la manifestación autónoma de la voluntad en otro aspecto de la vida de las personas con discapacidad.
Se debe considerar el formato más adecuado y en el que la persona prefiera recibirlo, ya sea escrito, oral o multimedial. De cualquier manera, se debe presentar con el tiempo necesario para entenderlo y así poder manifestar su conformidad.
Además, el consentimiento informado siempre debe darse antes del procedimiento o de la acción, y fuera de todo ambiente de inmediatez, urgencia o coacción (REDESFERA, 2020).
El consentimiento informado es fundamental para que algunas personas con discapacidad puedan asegurarse de que se respeta su derecho a la capacidad jurídica. Además, esto garantiza que pueden tomar decisiones autónomas y libres, aun si requieren apoyos para hacerlo.