Ciudadanía activa

La ciudadanía activa se refiere a participar y trabajar por el desarrollo de la sociedad. Busca mejorar la calidad de vida de las personas que la componen y que se reconozcan sus derechos y deberes. Implica tomar parte en todas las etapas de la formulación de políticas públicas: diseño, implementación, monitoreo y evaluación. Además, participar en la toma de decisiones que afectan a la ciudadanía, así como mantenerse al tanto de la realidad y hacer una lectura crítica (Consejo de Europa).

Las personas mayores no pierden sus derechos y obligaciones ciudadanas con el paso del tiempo. Por el contrario, durante la vejez se puede necesitar acceder a ellos con mayor eficacia, particularmente a la salud, el trabajo, la pensión, el esparcimiento, la vivienda digna o la participación política.

El ejercicio de la ciudadanía activa para las personas mayores y sus organizaciones requiere de su participación como agentes sociales que se integran en el conjunto de la sociedad. En efecto, su participación en la vida política y pública en igualdad de condiciones con las demás personas forma parte de sus derechos políticos. Todos ellos reconocidos en el artículo 27 de la Convención Interamericana.

Para que las personas mayores puedan ejercer estos derechos a través de una ciudadanía activa, es necesario incluirlas de manera efectiva en todas las áreas de la vida en común, no solo las asociadas al ocio o al consumo. Adicionalmente, como las condiciones de vida precarias limitan la participación, deben diseñarse sistemas de protección y seguridad social para permitir el desarrollo de las personas mayores (Quinn & Doron, 2021).  

«Las personas mayores tienen un reclamo por participar en todas las áreas de la vida social, no porque estén en la vejez se les debe apartar o restringir a esferas o roles pasivos» (Consulta de MODII en España, 2023).