Menstruación 

La menstruación es el proceso mediante el cual el útero expulsa sangre y tejidos endometriales por la vagina. El endometrio es la capa de tejido que recubre el útero en preparación para la implantación de un óvulo fecundado. Cuando esta implantación no sucede, ocurre la menstruación. El sangrado dura entre 2 y 5 días, y viene acompañado de cólicos que también varían en intensidad.

Al inicio de la fase de menstruación, durante la pubertad, se le llama menarquia, y es también el inicio del periodo fértil y parte del proceso de crecimiento. Al cese permanente de la menstruación, que ha tenido una duración de 12 meses consecutivos y que no es originado por causas patológicas, se le llama menopausia.  

En su guía para entender el manejo de la higiene menstrual y los derechos humanos, la organización Humans Rights Watch señala que se debe garantizar el acceso de niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes a insumos limpios diseñados para recoger o absorber la sangre menstrual. También deben contar con un lugar seguro y privado para que, cada vez que sea necesario, puedan cambiar los productos que sean desechables o limpiar los reutilizables, y puedan asear su cuerpo con agua y jabón.

Los productos menstruales deben ser seguros, eficaces y adecuados.  Entre ellos se cuentan las toallas sanitarias, los tampones, las copas menstruales o las telas limpias y absorbentes. 

Siempre que se pueda, se debe considerar el uso de productos ecológicos, ya sean productos reutilizables o productos elaborados con materiales biodegradables. Por ejemplo: toallas sanitarias reutilizables, copas menstruales, esponjas marinas menstruales, paños absorbentes lavables, ropa interior absorbente, toallas sanitarias y tampones desechables elaborados con materiales biodegradables. Las toallas sanitarias y los tampones desechables no ecológicos generan residuos contaminantes, no por la sangre sino por los materiales plásticos. 

Sin embargo, en condiciones de marginación y pobreza, las niñas, mujeres y personas con útero no tienen acceso a los productos adecuados para gestionar su menstruación. Por ello, se ven obligadas a usar trapos, hojas, periódicos u otros elementos improvisados que pueden no ser higiénicos o adecuados, y provocar fugas o infecciones. 

Por otra parte, la menstruación acompaña a las niñas, adolescentes y mujeres a lo largo de toda su vida reproductiva, y está rodeada de mitos y estigmas en cada cultura. Algunos son nocivos y denigrantes, y pueden llegar a poner en riesgo su salud y su vida. Por el mito de que la sangre sea sucia o venenosa o propagadora de desgracia o impureza, a muchas niñas, adolescentes y mujeres se les aísla o se les expulsa de la casa familiar durante los días en que menstrúan, o no se les permite lavarse o tocarse los genitales, ni cocinar alimentos, entrar a lugares sagrados o participar en ritos. 

Otro mito es que la menarquia indica que las niñas o adolescentes ya están listas para el matrimonio, la actividad sexual, el embarazo y la maternidad, lo que da lugar al problema del matrimonio infantil y el embarazo precoz. En algunas ocasiones, la menarquia puede ocurrir antes de los ocho años, y aunque ocurra a los 16, no es signo de madurez mental, emocional, psicológica o física. 

El mito de que la menstruación limita la capacidad intelectual de las mujeres las expone a juicios degradantes y las excluye de la vida política y de cargos de liderazgo. Se les considera débiles y poco responsables.

Incluso la ausencia de menstruación, ya sea por alguna disfunción o porque llegue la menopausia, se percibe como una falta en su esencia de ser mujeres. Este mito afecta en especial a las mujeres transgénero.

El tema de la salud menstrual es un tema de derechos humanos. Por tanto, involucra a toda la sociedad en su conjunto, incluidos a los niños, adolescentes y hombres. Estos deben ser también educados de manera positiva y con perspectiva de género, para evitar que sean perpetradores de los estigmas y la violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres.

Por último, al flujo menstrual se le denomina menorrea y, de manera coloquial, a la menstruación también se conoce como regla o período.