Los pueblos indígenas y tribales constituyen el 5 % de la población del mundo. El 8,5 % habita en América Latina y El Caribe, lo que equivale a 55 millones de personas, aproximadamente. Como características distintivas, debe resaltarse el apego y las vinculaciones ancestrales y espirituales con sus tierras y su territorio, así como el uso de lenguas propias o el mantenimiento de sus tradiciones y costumbres. Existe un amplio debate aún no acabado con respeto al uso de los términos indígena y tribal.
Por un lado, se rechaza la palabra indígena por su relación con indigente o con Las Indias, en donde Colón había inicialmente creído haber llegado tras su viaje desde Europa. De esta manera, se invisibiliza su propia identidad. Por otro lado, el uso del término tribal tampoco es aceptado, aunque las razones no son muy claras. Sin embargo, cabe considerar que ambos términos son utilizados por el derecho internacional, mientras, a nivel de reconocimiento constitucional, la situación es muy variada.
Por todo lo anterior, la definición que da el Convenio n.° 169 de la Organización Internacional del Trabajo representa una referencia válida. Este instrumento adopta dos criterios de identificación para distinguir entre pueblos indígenas y pueblos tribales. Estos mismos criterios son utilizados también por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, lo que vuelve estos términos especialmente relevantes para la región de América Latina. Los dos criterios adoptados son los siguientes:
Criterio objetivo:
a) Son tribales los pueblos con condiciones sociales, económicas o culturales distintas del resto de la población nacional y que están regidos por costumbres o tradiciones o por una legislación especial.
b) Son indígenas los pueblos que descienden de poblaciones que habitaban un área geográfica en la época de la conquista o colonización o en donde se hayan establecido fronteras estatales y que conservan instituciones sociales, culturales, económicas y políticas propias.
Criterio subjetivo:
La conciencia de su identidad es un criterio fundamental de identificación.