La educación sexual integral (ESI) es un enfoque de la educación sobre la sexualidad. Se basa en los derechos y tiene perspectiva de género. Según las recomendaciones de organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, debe impartirse desde la escuela primaria y continuar en todos los niveles de educación, formales e informales. Por consiguiente, debe incorporar contenidos pertinentes para la edad, conforme a las capacidades cambiantes de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, la ESI presenta información con rigor científico sobre diversos aspectos, como el desarrollo humano, la anatomía, la salud reproductiva, la anticoncepción e infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH.
Este tipo de educación no solo apunta a ayudar a las personas a explorar y cultivar valores positivos sobre su salud sexual y reproductiva. También abarca el análisis de la vida familiar y las relaciones, la cultura y los roles de género, los derechos humanos, la igualdad de género y amenazas, como la discriminación, la violencia y el abuso sexual. Por consiguiente, los programas de ESI fomentan el pensamiento crítico, la comunicación precisa, la toma de decisiones responsables y el comportamiento respetuoso.
La educación sexual integral empodera a las personas para que conozcan y exijan el cumplimiento de sus derechos. Esto es fundamental porque las decisiones sexuales y reproductivas pueden tener un efecto sobre los derechos humanos de las personas. Por ejemplo, el embarazo en la adolescencia puede llevar a adolescentes a abandonar la escuela, con lo cual se les priva de su derecho a la educación.
Por todo lo anterior, numerosos acuerdos internacionales respaldan el derecho de las personas a la educación sexual. Por ejemplo, la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994 y la Convención sobre los Derechos del Niño.
A diferencia de lo que se afirma desde algunos sectores, la educación sexual integral no incentiva una actividad sexual precoz ni lleva a un comportamiento sexual de mayor riesgo. Al contrario, estos programas reducen los comportamientos de riesgo.
Referencias:
UNFPA. (2016). ¿Qué es la educación sexual integral?. Consultado el 5 de noviembre de 2020.
Comprehensive Sexuality Education: Advancing Human Rights, Gender Equality and Improved Sexual and Reproductive Health [Educación sexual integral: Promover los derechos humanos, la igualdad de género y una mejor salud sexual y reproductiva], UNFPA, Bogotá, Colombia. 2010
Educación integral de la sexualidad: conceptos, enfoques y competencias, UNESCO.
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